«Han pasado ya ocho años desde que en 1994, el Centro de Educación de Adultos de Castil de Campos, dirigido entonces por Paco Córdoba, organizara una exposición de carácter etnográfico en la Peña Flamenca. Y fue entonces cuando se pensó convertir esta exposición temporal en exposición permanente.

Con este fin, el 23 de diciembre del 95 y tras reunión convocada por el Centro de Educación de Adultos y las mujeres de los churros a través de las páginas de La Hojilla, se constituía la Asociación Cultural «Amigos de la Casa-Museo de artes y costumbres populares de Castil de Campos»

El primer y lógico objetivo fue recaudar fondos para comprar alguna de las casas más antiguas del pueblo y convertirla en Museo Etnográfico, para ello se abrió una cuenta en la Caja Rural y se solicitaron ayudas a todo tipo de Instituciones y Entidades Bancarias.

A pesar de las dificultades para recaudar el dinero, y de que el proyecto estuvo a punto de abandonarse por falta de fondos, el 9 de Junio del 97 se firmaba el contrato de compraventa de la casa nº 9 de la calle Arco, y el 19 de mayo del 98 -hace hoy justo 4 años- se firmaban las escrituras.

El dinero necesario para afrontar este gasto se consiguió mediante: aportaciones económicas hechas por los vecinos de Castil de Campos y Priego, rifas hechas por los miembros de la Asociación Cultural, venta de camisetas con el logotipo de la Asociación, ingresos del colectivo de mujeres que hacen churros en la plaza del pueblo, por una murga que cantó villancicos y pidió el aguinaldo por Navidad, por ingresos procedentes de la «barra» que la Asociación montó en el mirador de la Torre Serbal con motivo de las Romerías a la Virgen del Rosario, y por subvenciones recibidas de la Obra Cultural de Cajasur, la Caja Rural, así como del Excmo. Ayuntamiento de Priego.

Tras afrontar los gastos de la compra y los papeleos consiguientes, la Asociación acometió las obras más urgentes que el inmueble necesitaba: reparación de la pared lateral izquierda -que se encontraba en muy mal estado debido a las filtraciones del agua de lluvia-; arreglo provisional del tejado -que tenía varias goteras-; y saneamiento del patio, del que se eliminó un cuarto de baño de traza moderna.

Durante 2000, la Asociación ejecutó con cargo a una subvención concedida por el Grupo de Desarrollo Rural de la Subbética Cordobesa (PRODER), las obras consideradas imprescindibles para la conservación y puesta en valor del edificio. Esta intervención consistió principalmente en la demolición y reconstrucción total del tejado, y otras intervenciones, que por tratarse de una vivienda vieja no estaban previstas, cómo la reparación del techo de la cuadra y parte de la fachada, que como consecuencia de la demolición del tejado, se vieron afectadas.

En una tercera intervención, realizada en agosto y septiembre del pasado año, se acometieron entre otras las siguientes actuaciones: reconstrucción de la chimenea de campana y las trojes en los mismos sitios y formas en que se encontraban; empedrado del comedor y del patio; sustitución de los tranquillos de mármol y del enlosado, por tranquillos de piedra y por el empedrado original en el cuarto y en la cuadra; saneamiento y tapado de grietas en toda casa; arreglo de puertas y ventanas; construcción de un poyete y colocación de un rulo en la fachada; colocación de una viga para reforzar las escaleras; arreglo con yeso y cañizo del suelo del pajar; encalado y limpieza de todo el inmueble; y renovación de la instalación eléctrica.

Finalmente durante los últimos meses, se ha procedido al montaje de la exposición en cada una de las habitaciones, se ha embellecido la fachada con la colocación de un pilón, un arado de hierro y unos azulejos, y se ha dotado de mayor seguridad a la vivienda con colocación de una alambrada en el patio y la instalación de una alarma.

Las obras se han realizado respetando las antiguas estructuras y formas de la vivienda original, suprimiendo elementos añadidos con posterioridad (cómo el cuarto de baño), recuperando otros que por caer en desuso fueron eliminados por sus últimos moradores (cómo las trojes o la chimenea de campana), y reparando las estructuras dañadas pero respetando su trazado original (cómo la reconstrucción del tejado con vigas, yeso y cañizo).

El Museo que hoy inauguramos, es una pequeña casa perteneciente a la arquitectura popular campeña, en la que se ha recreado el ambiente de una vivienda rural. Su espacio se articula en dos plantas distribuido de la siguiente manera:

-En la Planta baja se encuentra la cocinilla con su despensa aprovechando el hueco de las escaleras, la sala de estar con su chimenea de campana y las cantareras, un cuarto o dormitorio, la cuadra con sus pesebres, y un patio con zahúrda y piletas para las aves de corral.

-En la Planta alta se encuentra el pajar, con su carrucha y su puerta para encerrar la paja, y tres cámaras o habitaciones, una de ellas de reducidas dimensiones, y la más grande con su saladero para curar la carne procedente de la matanza, y las trojes para almacenar el grano.

Por lo que al montaje de la exposición se refiere, hace ya algunos meses, tuve oportunidad de conocer a través del Diario Montañés Digital, las opiniones de Alonso Ponga, profesor titular de museología etnográfica de la Universidad de Valladolid, que en julio del pasado año y refiriéndose a los actuales museos etnográficos decía: «no son buenos ni están bien montados y el público no los visita porque todos tienen las mismas piezas». En su opinión, no deben basarse tanto en las piezas expuestas, que son universales, sino en una contextualización y, a través de los objetos, contar historias de vidas.

En la Casa-Museo de Castil de Campos, continente y contenido se complementan, y gran parte de las piezas expuestas están situadas en su contexto e impregnadas de las vivencias de antaño. Así por ejemplo, junto a las trojes se exponen aquellos instrumentos relacionados con la siega, la trilla y el aventado, así como los recipientes utilizados para medir el grano. En torno al saladero los útiles empleados en la matanza. En la cuadra los arreos relacionados con las caballerías. Y lo mismo podríamos decir del dormitorio, la cocina o la sala de estar, cada una con los enseres que les son propios.

Se ha intentado así mismo, que en la Casa-Museo de Castil de Campos, estén representadas aquellas costumbres populares y técnicas artesanales, ya desaparecidas o en vías de desaparición, como: la elaboración de alnafes con greda y tamo; la confección de encajes de bolillos; los bordados; la indumentaria popular tradicional; la cestería del mimbre, la caña o la vareta; la artesanía del esparto; la fabricación de escobones; la elaboración artesanal del queso y del jabón; la caza; la talabartería; la guarnicionería y la recolección tradicional de las aceitunas.

Como siempre hemos estado mal de fondos, para la cartelería hemos reciclado marcos de cuadros antiguos, tapaderas de cajas de grapas y sobre todo carcasas de Discos Compactos usados. De manera que la mayor parte de la piezas expuestas están identificadas y con una breve leyenda alusiva a su uso o características.

Los objetivos que se han pretendido conseguir con la creación de la Casa-Museo de Campos han sido:

-Recuperar para su conservación y disfrute todos aquellos enseres domésticos y aperos de labranza que los vecinos de Campos han proporcionado para la Casa-Museo, y que de continuar en la situación en la que se encontraban -arrumbados en los pajares, corrales y despensas de las viviendas de sus moradores- acabarían desapareciendo.

-Servir de reclamo turístico en un pueblo que vive exclusivamente del olivar, y en un momento clave en el que tanto se está potenciando el turismo rural en la Subbética Cordobesa.

-Contribuir en la defensa, conservación, recuperación y mejora del patrimonio cultural de Castil de Campos y por tanto de Priego, Córdoba y Andalucía

-Y favorecer que Castil de Campos sea conocido y visitado.

No quisiera finalizar la intervención sin reiterar nuestro más sincero agradecimiento a todas aquellas personas e instituciones que han colaborado en el proyecto de Casa-Museo para Castil de Campos: Cajasur, Caja Rural, vecinos de Castil de Campos y Priego y de manera muy especial:

-al Grupo de Desarrollo Rural de la Subbética Córdobesa, con cuya subvención se realizaron gran parte de las obras.

-a las Mujeres de los Churros, que con sus periódicas y constantes aportaciones económicas se han convertido en el verdadero pulmón y corazón de este proyecto;

-a los cedentes y donantes de piezas para la Casa-Museo, sin cuya generosidad el montaje de la exposición no hubiese sido posible;

-y al Excmo. Ayuntamiento de Priego por el apoyo que en todo momento nos ha brindado, ya sea mediante subvenciones, señalizando la Casa-Museo para facilitar su localización al visitante, difundiéndola a través de los folletos que acaba de editar el Ayuntamiento, o facilitándonos los medios técnicos para celebrar este acto.

Pero sintiéndolo mucho, no nos queda mas remedio que seguir pidiendo la colaboración de todos. Para una Asociación sin ánimo de lucro, que no tiene mas ingresos que las 500 ptas. (3 Euros) de cuota que pagan anualmente sus socios, le va a resultar muy difícil continuar con el mantenimiento de la Casa-Museo. Mañana, habrá que seguir pagando luz, agua, basura, impuestos, etc., etc… y cada cierto tiempo habrá que limpiarla, encalarla y sanearla. Por lo que se va a seguir necesitando la colaboración de los amigos de la Casa-Museo, los vecinos de Castil de Campos y la Administración Local, si queremos que este Museo, del que debemos sentirnos orgullosos y que hoy es una realidad, lo siga siendo por mucho tiempo. Por mi parte, es todo. Esperamos que os guste.»

Máximo Ruiz-Burruecos Sánchez,

Castil de Campos, 19 de Mayo de 2002